miércoles, 6 de abril de 2011

Aldocas ¿Come Bien?

Soy una persona adicta al buen comer y al buen beber. Acepto que si tan siquiera una vez a la semana no estoy sentado en una mesa de uno de los mejores restaurantes de donde me encuentre, me siento ansioso y descanso hasta que llega el momento de sentarme a disfrutar de una buena comida. Cuando viajo, el destino fue previamente escogido por la amplitud de la oferta culinaria; y si ahí existen lugares clasificados en las guías Michelin o Pellegrino, pues tanto mejor.

Llegar a un restaurante y empezar a vivirlo desde que reciben mi coche en el valet parking es una experiencia que podría hacer a diario. Esa sensación de estar en la mesa disfrutando mi Glorioso Tequicheve mientras con toda la calma del mundo analizo mis antojos para empatarlos con el menú, es un proceso fantástico. Después, degustar cada uno de los platillos como si fuera lo único que voy a comer en el día es una delicia. Pero el clímax llega cuando todas las viandas son maridadas con vino.

El momento se remata de una manera magistral cuando la tarde así lo permite y, en compañía de gente a la que quiero, sigo disfrutando de unos “digestivos” hasta que la noche nos gana el momento y hay que regresar a mi hogar.

A grado tal ha llegado mi vicio de comer bien que he hostigado a la Libanesa a modo que a donde vamos, hay reservación desde México para comer y cenar en lugares “top 10”.

Mi gusto por comer lo he extendido a la cocina. Soy un fanático del fogón y una de mis virtudes es que en muchas ocasiones puedo repetir sabores y texturas que he probado y en el proceso, me han salido unos platos de mi autoría que han rayado en la excelsitud.

Aldocas Come Bien es un nombre que adopté ante la urgencia de poder nombrar mi blog. Simplemente salió. Pero, de acuerdo a lo que he estado viviendo hoy tengo una crisis existencial: Aldocas ¿Come Bien?

Si el calificativo “bien” lo obtuviera por la calidad de las viandas que me meto al cuerpo, yo creo que estaría en 10 cerrado. Pero si utilizamos los parámetros de la salud, estoy reprobado. Así que hoy, Aldocas Come Mal en el contexto de la salud.

Y si, hoy me siento como cuando Tita estaba haciendo el pastel para la boda de su hermana (Como Agua para Chocolate). Amargo y triste. Y me siento así por que por un acuerdo con la Libanesa asistimos juntos a un médico que se encarga de bajar de peso a la gente. No, no fui con un nutriólogo ni con charlatanes que dicen bajarte de peso sin entender tus necesidades físicas y morales. Fui con un endocrinólogo con especialidad en alimentación y obesidad que no se anda con mamadas.

Lo primero que hizo fue lo lógico; mandarme a hacer estudios de todo a todo para entender mi metabolismo y la forma en la que chambea mi cuerpo a la hora de comer. El resultado es lo que me tiene así. Tengo 38 pegándole a los 39 y tengo el colesterol malo altísimo, los triglicéridos hasta Júpiter y las bilirrubinas fuera de lo normal.

El diagnóstico del médico fue sensacional: vas que vuelas para un infarto. Con esos niveles y con el nivel de estrés que manejas, pues dentro de poco seguramente serás abono para las plantitas. El resto de mis síntomas son los imaginables: parezco aserradero en la noche de cómo ronco y mi ropa está ajustándome la timba. Chale.

La noticia que recibí es dramática y atentatoria contra lo que me gusta. Conforme escribo estas líneas me doy cuenta de lo afortunado que soy de haber recibido solamente una prevención de lo que me puede ocurrir y no una sentencia de un padecimiento irreversible.

Mariscos prohibidos; carnes rojas, adiós. Vino tinto, cero. Mis parrilladas de mariscos y carne, se fueron, por lo pronto para mi, al carajo!

Pero lo que quiero transmitir es mi sopor por que debo tomar la decisión de cambiar mi forma de vida y dejar de hacer una de las cosas que más me gusta, por algo que bien vale la pena: disfrutar a mi familia.

Si lectores; padezco y acepto tener este vicio de comer cosas que no me hacen bien.

Hace relativamente poco en Twitter preguntaba yo a una nutrióloga: Se puede un nutriólogo gourmet? Respuesta: “ jajaja creo que tendrás que restringir un poco tus antojos para poder perder peso :(“

De entrada vi su contestación súper mamona pero hoy me hace todo el sentido del mundo.

El compromiso que hago hoy conmigo, es honrar al sobrenombre que sobre las rodillas escogí: Aldocas Come Bien, lo cual implica moderación, orden y control. Es decir, ahora si la calificación de bien o mal me lo dirán los análisis que periódicamente deberé de hacerme.

Podré ser gourmet comiendo bien y no cometiendo un microsuicidio en cada sentada a comer? No lo se. Veremos en un futuro.

Hoy, solo por hoy, me propongo comer sano; comer bien.

Les mantendré al tanto.