lunes, 30 de agosto de 2010

Bellinghausen. Un grande que visitar.

En esta ocasión, no necesariamente porque haya asistido recientemente, sino por los excelentes recuerdos que me trae, dedicaré mis comentarios a este gran retaurante del Distrito Federal.



El Bellinghausen no recuerdo cuando lo conocí. Lo que si recuerdo es la temporada en la que empecé a frecuentarlo (1991) y coincide cuando empecé a trabajar en el despacho. En aquél entonces se encontraba ubicado en la calle de Londres, numero 50, y en realidad era una zona que no tenía muchos problemas; al contrario, era una zona cómodamente céntrica que poco a poco se fue transformando en un red light district que para el año 2001 nos hizo el favor de sacarnos de ahí para mudarnos al glorioso Coyoacan.



Este restaurante afortunadamente sobrevive al caos socio-cultural que desde que construyeron el Metro Insurgentes (a decir de mi padre) azota a la Zona Rosa. Dicho caos ha arrasado con las mejores ofertas culinarias de la zona, como es La Calesa de Londres, el Estoril, Lory's, Isadora, Del Monicos y un sinfín de etcéteras.



El restaurante es propiedad de la familia Alvarez, creadores de este concepto y el del Casa Bell; copiado infructuosamente por Los Canarios y Pajares.



El concepto es una carta de cocina internacional en donde podemos encontrar un poquito de todo y, a mi gusto, ha creado ya su propio estilo de cocina. Es de corte increíblemente sencillo en donde se centra la atención en el sazón mas que en la complejidad de los platos. De igual manera, el éxito del restaurante se encuentra en el servicio, pues los meseros son entrenados por esa viaja guardia que cree que el cliente debe ser atendido con atención, calidez, calidad y, por que no decirlo, con cierto sentido de fraternidad.



Todos los días hay una serie de platos del día recomendados por la Mayora (sorpresa, no hay Cheff), en donde han tenido ya una tradición para preparar platos diarios. Dentro de las recomendaciones de la carta he encontrado joyas como las carnitas de ternera, uno de los platos mexicanos mas exquisitos que he probado. Incluyen siempre un marisco del día, mismo que puede ser abulón rasurado, caracol rojo del Caribe rasurado; y pescados como tostadas de marlin o un buen filete de lenguado. Las sopas son semanales son estas:



-Lunes, de fideos con menudencias. A quienes odiamos todo tipo de víscera, no hay problema, la retiran y queda de poca madre. El sabor de la sopa se centra en el exquisito caldo de pollo concentrado y especito, con una pasta perfectamente cocida para lograr ese sabor que recuerda, cuando menos en mi caso, mi niñez.



-Martes, sopa de lentejas. Evidentemente esta sopa esta hecha sobre de un sofrito de tocino, cebolla y jitomate, para después añadir las lentejas y después añadirle un excelente caldo de pollo y dejarla hervir, hasta que la fécula de esa textura tan particular de una buena sopa de lentejas. Realmente es buenísima.



-Miércoles, sopa de cola de res. Esta es una de mis sopas favoritas en todo el mundo. Esta hecha con el rabo de la res (no hay problema, es pura carne magra) que es pulpa increíblemente suave y con un sabor extraordinaria. Esta es mezclada con cebada y papa, zanahoria y jitomate, al cual añaden un especial toque de clavo que todo termina en un sabor verdaderamente increíble que tiende a recordar esos potajes alemanes deliciosos. Es un pecado no acompañarla con pan.



-Jueves, no me acuerdo.



-Viernes, sopa de habas. Esta sopa esta hecha con las habas molidas a modo de que el resultado sea una excelsa sopa de habas que, acompañada de un poco de aceite de Oliva, crutones y Chile ancho frito, queda verdaderamente exquisita.



Dentro de las sugerencias me ha tocado también, sobretodo en fin de semana, los gusanos de maguey y los escamoles, que son hechos como Dios manda; el toque necesario y suficiente de epazote, quesadillas, etcetera. Para todo existe la posibilidad de acompañarlo con salsa verde o pico de Gallo que están preparadas como para gringos de panza sensible; pero para quienes como yo gusta de salsas muy picantes, siempre tienen la salsa de Lorenzo (capitán que por muchos años trabajo ahí), hecha a base de Chile cuaresmeño toreado y ajos asados; o de plano de habanero. Unas delicias nada complejas.



Ademas de las sopas diarias, existen también las de la carta dentro de las que son destacables la de pescado y el caldo de pollo. La primera es hecha con pescado de primerísima calidad y Papa, y cuando esta suelta su almidón logra darle una espesura increíble; y la segunda cumple con los rigores de un excelso caldo a ser acompañado con cebolla, cilantro, aguacate, limón y Chile.



Otra de las entradas que no puedo dejar de comentar, es el filete de pescado Rodrigo, que es un pedazo de pescado (robalo) frito en aceite de olivo y después desmenuzado en un plato y mezclado con cebolla picada, cilantro picado, chile de árbol picado, aceite de olivo, salsa inglesa, salsa Maggi y balsámico, todo para ser comido en tacos hechos con tortillas recién hechas en el mismo restaurante (aunque chiquititas). La misma preparación la recibe el pato Bell, que es carne de pato preparada igual. Ambos platos son un must del restaurante y, por que no decirlo, de la vida!



Las ensaladas pecan de sencillas. Van desde la ensalada de jitomate que es eso precisamente, rebanadas de jitomate, a la que mas me gusta que es la de espinacas. El aderezo de las ensaladas en general es estándar. Es hecho en la mesa por el mesero y esta compuesto por aceite de olivo, balsámico y salsa inglesa, sal y pimienta. Es una delicia.



En cuanto a los platos fuertes, los pescados siempre han sido el orgullo del restaurante, pues todos son increíblemente frescos. Destacan el atún a las alcaparras, el delicioso filete de pescado rebozado con una salsa tártara increíble acompañado de una guarnición de puré de Papa que tiene una textura de esas dificiles de lograr. Dentro de las carnes destaca el Filete Chemita creado por la familia tiempo atrás, que es un corazón de filete hecho a la mantequilla que suelta mucho jugo y servido con cebollas rebozadas y fritas y un poco de puré de papas, que es una verdadera delicia. Esta receta ha sido copiada en numerosas ocasiones y, a mi gusto, siempre es mejor comerla con quien lo inventó.



Es memorable también la milanesa de res o de pollo, el pollo a la jardinera y en general todo platillo que este en la carta es estrictamente recomendable. Es también propio de comentar, que tienen la salchicha alemana de una calidad impresionante, misma que es servida con col agria y mostaza fuerte. Simplemente una delicia.



Dentro de los postres, siempre es increíble poder comer un ate con queso muy rico o un dulce de zapote. Esa es una digna manera de terminar una excelente comida.



La carta de vinos tiene las etiquetas básicas que son una garantía. Vinos del Rioja comerciales y de batalla, pero que no fallan como el Marques de Caceres, de Riscal o de Arienzo y para antojos mas sofisticados, tienen el Pesquera y Condado de Haza, por ejemplo.



Este restaurante tiene lo que pocos conservan. Un estricto sentido señorial con una calidez indescriptible. Tiene una terraza como pocas en el Distrito Federal. Es recomendable para comidas de negocios o fines de semana con la familia. Un lugar al que hay que ir a disfrutar.



Este es definitivamente uno de mis lugares favoritos para comer.

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